domingo, 28 de marzo de 2010

La poesía según Ibargoyen

Para el poeta, narrador, traductor y editor Saúl Ibargoyen, lo que se hace al escribir es sintetizar experiencias personales y de mucha gente y, también, de alguna manera, lo que se ha leído. Se gesta un entramado histórico-social con objetos de todo tipo, al que se incorporan los intereses personales. Es, en síntesis, un aprendizaje que no acaba nunca. Desde el punto de vista de la escritura o del desarrollo cultural, Ibargoyen afirmó que tuvo que empezar de nuevo, porque le implicó mezclar distintas modalidades del español latinoamericano.
“Fue como un reaprendizaje lingüístico que absorbí en la práctica. Eso ocurrió en la escritura y me llevó a un sentir distinto, sumado a mi vinculación con la lengua portuguesa (vivió un tiempo en Brasil); de hecho mi narrativa está infiltrada por el ‘portuñol’, modalidad que se habla en los puntos fronterizos de Brasil y Uruguay”, resaltó. “El poeta se beneficia y el ciudadano se chinga. Implica una operación memoriosa casi permanente, porque un cambio de ese tipo, elegido o no, remueve la totalidad de la persona. Allí opera la memoria con toda su fuerza y con todos sus engaños, porque a veces recuerda a favor y a veces en contra. El asunto es mantener un buen diálogo con el inconsciente, porque allí radica todo”, subrayó. “Casi todo el día estoy en actitud poética como acto físico, pendiente incluso del habla cotidiana que se refleja en mi discurso con frases que no son de uso habitual. No es la búsqueda de la originalidad sino de hacer una variante, de ponerle más azúcar o más canela. Algo que aprendí en Brasil, con la mezcla de idiomas, es a no aceptar más –al menos en la narrativa- las frases comunes. Así caí en una especie de barroco o como dijo la investigadora francesa, Cecile Quintana, en una neo épica latinoamericana”, expresó.

La hija olvidada de Pablo Neruda

El año en que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Pablo Neruda (1904), apareció en una publicación chilena una carta firmada en Münster (Alemania) por Isabel Lipthay en la que daba cuenta de su visita a un pequeño cementerio de la ciudad holandesa de Gouda. Allí, por indicación de su amigo chileno Antonio Reynaldos, Lipthay descubrió la tumba de Malva Marina, la hija olvidada del poeta sobre cuya existencia Neruda guardó un largo y cerrado silencio. “Aquí descansa nuestra querida Malva Marina Reyes –se puede leer en holandés en la lápida–, nacida en Madrid el 18 de agosto de 1934, fallecida en Gouda el 2 de marzo de 1943.
El poeta y su primera esposa, la ciudadana holandesa María Antonieta Hagenaar, se conocieron en Birmania, donde Neruda fue cónsul, y se casaron en Singapur en 1930. Malva Marina nació en la capital de la España republicana cuando su padre fue trasladado a nuestro país. (...) La hija esperada llegó además al mundo con una enfermedad incurable: hidrocefalia. Acerca de Malva Marina y su madre, dos personajes en sombra esquivados en el currículo afectivo del poeta, se publicaron en Chile y Holanda dos libros que los enfocan y rescatan para la luz pública. La lectura completa vía Público.es

viernes, 26 de marzo de 2010

El poeta vive


Porque mi patria es hermosa como una espada en el aire, y más grande ahora y aun más hermosa todavía, yo hablo y la defiendo con mi vida. No me importa..., escribió Javier Heraud ( 1942-1963), como adelantándose al futuro. Aquí un reportaje emitido en mayo del 2003, al cumplirse cuarenta años de la muerte del poeta guerrillero, en Puerto Maldonado.

domingo, 14 de marzo de 2010

Hasta siempre Miguel Delibes


El pasado 12 de marzo, Miguel Delibes (Valladolid, 1920), sin duda uno de los narradores españoles contemporáneos más apreciados, no sólo por el indiscutible valor de su obra, sino también porque él mismo encarnó una postura ética que se concreta en la práctica en un humanismo ligado a las virtudes de la tierra, falleció en su tierra natal.
Galardonado con el Premio Cervantes en 1993, su ejemplar andadura narrativa descansa sobre el suelo firme de aquellos tres famosos ingredientes fundamentales para la novela: «un Hombre, un Paisaje y una Pasión». Con un estilo propio que se consolida en El camino en 1950, Delibes llegó a ser un magnífico forjador de personajes ligados a la España rural o urbana, y un liberador del habla de las gentes de Castilla en la segunda mitad del siglo XX, así como del lenguaje rural y de la jerga popular barriobajera.

Adiós a la "Tía Julia"

La boliviana Julia Urquidi Illanes (1926), que inspiró la novela "La tía Julia y el escribidor", de Mario Vargas Llosa, falleció el 10 de marzo en la ciudad oriental de Santa Cruz a la edad de 84 años. Julia era tía política de Vargas Llosa, con quien se casó en 1955. Su matrimonio duró hasta 1964.
El escritor peruano inmortalizó esa peculiar historia de amor en su conocida novela "La tía Julia y el escribidor" (1978), otro de cuyos personajes, Pedro Camacho, el "escribidor", también está inspirado en un boliviano, el periodista, escritor y ex alcalde de La Paz, Raúl Salmón, fallecido en 1990. La versión de la relación amorosa narrada por Vargas Llosa no convenció a Urquidi, según publica El Deber, y en 1983 le replicó con un libro titulado "Lo que Varguitas no dijo". (EFE)

sábado, 6 de marzo de 2010

Cinco años de "Botella al mar"




"Botella al mar", el primer periódico mural cultural y público de Chimbote, nació con la finalidad de difundir las actividades de la escena cultural del mundo. Esta semana cumplirá cinco años de existencia en la esquina de Elías Aguirre y Espinar, en el centro de Chimbote. Para quienes buscan nuevas formas de informarse sobre la realidad cultural, basta sólo acercarse a "Botella al mar" para leer y disfrutar libremente de su contenido. Esta semana, por ejemplo, podemos acceder a una galería de caricaturas de grandes autores universales.

jueves, 4 de marzo de 2010

"Poquita fe" en Chimbote






En el mes de la amistad, estudiantes del I ciclo de Derecho de la ULADECH Católica participaron activamente en la presentación de "Poquita fe", poemario del escritor chimbotano Augusto Rubio. El evento se realizó el 26 de febrero en el auditorio del Centro Cultural Centenario, y contó con la presencia de destacados escritores de nuestra ciudad, así como la intervensión musical del cantautor Miguel Ángel Olivares. Aquí, algunas imágenes para el recuerdo.